lunes, 23 de mayo de 2016

Un pedacito de mi vida

¡Hola mis koalitas! Hoy quería hablaros de algo, mas bien alguien, que es muy importante para mí: mi perro, Tristán. 

Desde el día que llegó tiene un hueco en mi corazón. Es uno más de la familia y le quiero como si fuera un hermano pequeño o algo así. Aunque siempre tengo en mente que no deja de ser un perro, lo tratamos como nos trataríamos. Nunca le haríamos daño a alguien de la familia, así que a él tampoco. Le mimamos y le enseñamos todo lo que podemos. A cambio, Tristán nos da su amor incondicional y su lealtad. Además, es el perro más tranquilo y cariñoso que hay en el mundo. 

A parte, no solo nosotros le enseñamos cosas, sino que él nos enseña muchas otras a nosotros. Lo más importante que hemos aprendido es que los animales se merecen todo nuestro respeto y lealtad y que ellos siempre nos serán fieles pase lo que pase. 

Algo que me parece impresionante de Tristán es que sabe cuando estamos de mal humor y nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo. En muchas ocasiones, en un día malo, me he sentado en el sofá enfadada o triste y mi perro se ha acercado a mí como para consolarme, o se me ha quedado mirando dándome su apoyo moral. Es toda una alegría tenerle en casa. 

Otra de las virtudes de Tristán es que es muy fotogénico y a veces parece que posa para las fotos. Yo creo que le gusta hacerse fotos. Aquí os dejo la prueba. 






En definitiva, que Tristán llegara a casa fue una bendición para todos. Es un solete y nos encanta estar con él. Aunque ha pasado algunos problemas y enfermedades no le vamos a dejar caer. Vamos a estar siempre a su lado igual que él lo está al nuestro. 

Espero que os haya gustado esta entrada especial de mi perro. Si estáis pensando tener una mascota tened en cuenta que es alguien que estará a vuestro cargo y que necesitará ayuda constante, pero os lo devolverá todo en amor y aprecio. 

Los que ya tenéis una mascota, valoradla. Nadie nos va a querer tanto como nuestras mascotas. 

Para terminar quiero dejaros con  una frase que dijo una vez César Millán, el "Encantador de perros": 

"No olvides nunca que tu perro es tu espejo, y su comportamiento será siempre, en cierto modo, el reflejo del tuyo propio".

¡Hasta pronto!

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