viernes, 13 de mayo de 2016

Quizás...

Ahí estaba yo a las 3 de la mañana caminando descalza por el largo pasillo del hotel. Quería llegar a su dormitorio sin que nada me oyese. Le extrañaba. Tras la charla en la piscina del hotel se me quedó la sensación de que le conocía de antes. Algo en él me era familiar.

Cuando llegué a la puerta de la habitación me quedué quieta delante de la puerta. No sabía si debía llamar a la puerta. Era muy probable que estuviera durmiendo. Era muy tarde quizás dejarlo todo para el siguiente día, era lo mejor.

De repente se abrió la puerta y cegada por la luz blanca que salía de la habitación me eché hacia atrás, cerré los ojos y la voz más dulce del mundo me dijo "te estaba esperando, pensaba que ya no vendrías". Abrí los ojos y le ví. Su cara, la había visto antes, pero ¿dónde? Le observé mientras buscaba en mis recuerdos.

Finalmente, tras casi 5 minutos de mirarle fijamente lo recordé todo. El era el niño que me salvó de morir ahogada años atrás en el mismo hotel. También era el chico que me ayudó en una pelea del instituto y me sacó de varios lios en mi etapa rebelde. Siempre había estado allí cuando lo necesitaba y, ahora, estaba allí, otra vez, cerca de mi. ¿Eso quería decir que lo necesitaba? Quizás si, quizás necesitaba amar a alguien y apareció él. Quizás nunca se fue.

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