Ahí estaba yo a las 3 de la mañana caminando descalza por el largo pasillo del hotel. Quería llegar a su dormitorio sin que nada me oyese. Le extrañaba. Tras la charla en la piscina del hotel se me quedó la sensación de que le conocía de antes. Algo en él me era familiar.
Cuando llegué a la puerta de la habitación me quedué quieta delante de la puerta. No sabía si debía llamar a la puerta. Era muy probable que estuviera durmiendo. Era muy tarde quizás dejarlo todo para el siguiente día, era lo mejor.
De repente se abrió la puerta y cegada por la luz blanca que salía de la habitación me eché hacia atrás, cerré los ojos y la voz más dulce del mundo me dijo "te estaba esperando, pensaba que ya no vendrías". Abrí los ojos y le ví. Su cara, la había visto antes, pero ¿dónde? Le observé mientras buscaba en mis recuerdos.
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