sábado, 24 de diciembre de 2016

Especial navidad

El árbol de navidad se encontraba frente a nosotros. Estábamos todos en círculo sentados cerca de la chimenea con gorros de Santa Claus. Sólo nos alumbraba la luz de la chimenea y alguna otra más, manteniendo una luz tenue.

Era Noche Buena y todos estábamos esperando la llegada de Papá Noel. Esperando nuestros regalos tras una larga cena repleta de comida de todo tipo.

Aparentemente éramos felices, pero, sin embargo, nos faltaba algo. Nos faltaba lo más importante en estas fechas. Nos faltaba el espíritu navideño.

Al levantar la vista de mi teléfono móvil descubrí como todos estaban mirando los suyos, o las tablets o los ordenadores. Todo el mundo estaba conectado a las redes sociales, haciendo ver lo felices que eran, pero cuando terminaban de echarse la foto se volvían a poner serios y a aislarse en lo suyo.

Decidí levantarme e ir a por mi ordenador. Lo puse encima de la mesa más cercana que tenía, le enchufé los altavoces y puse villancicos. Me puse a cantarlos a viva voz al lado de todos y cada uno de ellos. Al principio me miraron raro, pero después, poco a poco me siguieron. Poco a poco fueron apartando sus móviles, dejando su conexión con las redes sociales a un lado, y me acompañaron cantando villancicos.

Sí, ahora sí era Noche Buena.  Ya a nadie le importaba a la hora a la que llegase Santa. Ya a nadie le importaban los "likes" de sus fotos. Solo importaba el momento, el estar juntos tras mucho tiempo sin vernos, el vivir contentos, juntos y sin preocupaciones por al menos un día.

Toda la noche cambió, se volvió alegre. Todos cantábamos y bailábamos. Ahora sí éramos nosotros. Ahora sí éramos felices.


No hay comentarios:

Publicar un comentario