viernes, 16 de diciembre de 2016

"Mañana será otro día. Un día en el que nos amemos más que hoy"

Iba camino de ser una noche cualquiera. Estar tumbados en la cama haciendo como que dormíamos estaba empezando a convertirse en rutina. El cansancio del día y las preocupaciones estaban causando estragos entre nosotos. 

Entonces me giré hacia él. Él miraba hacia arriba, esperando que le llegara el sueño. ¿Qué estaría pensando? 

Me acerqué un poquito más a él. Estaba harta de esa distancia. Me subí encima de él y le miré a los ojos. Estaba ausente, así que no se me ocurrió otra cosa mejor para hacerle volver a la tierra que darle un beso. 

Tras unos segundos separamos nuestros labios y nos quedamos mirándonos a los ojos tan fíjamente que si nos lo hubiésemos propuesto nos habríamos leído los pensamientos. Se acercó a mi oído y me dijo "Te quiero pequeñaja, eres lo mejor que me ha pasado en la vida". 

Le abracé lo más fuerte que pude, le besé tantas veces como pude, le mordí la mejilla, la oreja, la sonrisa... Le dije que le amaba, que no quería que nada nos distanciase, que lo sentía todo por él. Le besé otra y otra vez. Entonces me separó de él y me dijo "No dejaré que nada ni nadie nos distancie. Voy a luchar por esto todos los días de mi vida, a tu lado, siempre". Le sonreí, me acosté en su pecho y le dije "Soy la chica con más suerte de este mundo". 

Unos minutos de caricias y cariñitos después me dio un beso muy tierno en la frente y me deseó buenas noches. "Mañana será otro día. Un día en el que nos amaremos más que hoy" me susurró. 

Poco después caí rendida. Solo quería llegar a ese día en el que el amor fuera tan grande que nos hiciera eternos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario