miércoles, 17 de febrero de 2016

Esta fuente pertenece a uno de los lugares donde más tiempo pasaba cuando era pequeña jugando con los niños del pueblo. Sobrevivió a años y años de trotes, a cientos de niños subiéndose encima y a temperaturas un tanto extremas para la zona. También se quedó en su lugar tras la reforma de la plaza en la que se encuentra. Me trae muy buenos recuerdos y otros no tan buenos. Espero que siga aquí durante muchos años más.

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