El otro día, 27 de Febrero, fui a Torremolinos con mi chico y con mis suegros. Fue un viaje de ida y vuelta pero fue muy divertido. Salimos de la rutina que es lo que queríamos.
Al llegar allí tuve que buscar urgentemente un aseo, estaba un poco desesperada y me dio curiosidad algo que vi... Observé que en todos los baños para discapacitados el váter es más bajito de lo normal, pero en la playa el váter era enorme, casi no llegaba ni yo (aunque no me extraña). Es una observación un tanto absurda pero en ese momento me pareció interesante.
Tras esta reflexión continuo.
Por la mañana a mi chico le apetecía pescar por lo que nos quedamos en las rocas él y yo pescando. Fue muy tranquilo todo hasta que pescó un pez. El pececillo era precioso pero estaba asustado. Después de hacerle una foto lo soltamos y volvió a ser el pececillo feliz que había sido hasta entonces.
A medio día comimos en la playa, hacía muchísimo aire por lo que de volaba todo, pero aún así estubo muy bien. Me comí un bocadillo de tortilla de patatas que estaba buenísimo.
Más tarde conocí a una amiga de mi novio, era muy simpática y me pareció buena chica.
Tras todo el ajetreo del día llegamos al Ikea y allí cenamos y desde allí partimos para volver a casa.
Fue un día bonito pero movido. Aún así conseguí sacar estas fotos de la playa. Espero que os gusten y os recomiendo 100% que vayáis a Málaga. Es un lugar perfecto para desconectar y para cambiar de aires.
Hasta la próxima 😉
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